Calor radiante frente a calor por convección

Calor radiante frente a calor por convección

Termodinámica y mecánica cuántica

konvektionswaerme

Los procedimientos de calefacción por convección y radiación abarcan dos procesos físicos completamente diferentes. La calefacción por convección calienta solamente el aire de la estancia en cuestión, mientras que la calefacción radiante calienta las paredes exteriores y los objetos que se encuentren dentro de la estancia. Por tanto, en la calefacción por convección entra en juego el principio de actuación de la termodinámica. Por el contrario, en el calor radiante se emplea la teoría de la mecánica cuántica. La radiación de calor ofrece un clima interior mucho más confortable que el generado por un sistema de calefacción por convección. La calefacción radiante no desarrolla circulación del aire y el aire de la estancia se reseca menos. Además, con la calefacción radiante no se formará más moho, que solo se genera debido a la condensación con el enfriamiento del aire. Por este motivo, este sistema de calefacción está especialmente indicado para personas alérgicas.

Beneficiarse del sol

La calefacción radiante funciona como los rayos del sol

strahlungswaerme

Los métodos del calor radiante los conocemos en el día a día gracias a la radiación del sol, que calienta los objetos sobre los que incide. En el propio hogar podemos beneficiarnos de este método y generar temperaturas confortables continuadas mediante una calefacción radiante. En este caso, solo se calientan objetos sólidos y líquidos que transmiten el calor a la estancia. No obstante, el aire es diatérmico, es decir es permeable para la radiación de calor generada. Así, la temperatura del aire de la estancia puede mantenerse fresca, lo que será mucho más confortable que al utilizar una calefacción por convección. Los rayos infrarrojos utilizados en el calor radiante son ondas electromagnéticas. La longitud de onda utilizada en su calefacción radiante se encuentra en un rango de 2 a 50 μm, valores totalmente inocuos.

Tasa de renovación de aire reducida

Ahorro de energía gracias a la calefacción radiante

Con el uso de un sistema eficiente de calefacción radiante puede ahorrarse energía de muchos modos. Ya que el aire no se calienta, sino los objetos de una estancia, se consume poca energía con un intercambio de aire necesario en términos higiénicos. La calefacción por convección, por el contrario, debe calentar todo el aire de la estancia para poder alcanzar de nuevo la temperatura deseada. Aquí se moverá un porcentaje importante del aire que provoca un levantamiento constante de las partículas de polvo. Estas se pegan a las mucosas, lo que especialmente para las personas alérgicas y asmáticas es una gran desventaja que habla en contra del uso de la calefacción por convección. La tasa de renovación de aire reducida provocada por el aire en calma del calor radiante no solo es respetuosa con las personas alérgicas, sino que se ocupa de ahorrar energía. Para calentar el aire es necesaria una calefacción por convección tradicional y una diferencia de temperatura entre el aire de la estancia y el radiador. Un sistema de calefacción radiante, por el contrario, sigue la ley de Stefan Boltzmann y se comporta de manera proporcional a la cuarta potencia con respecto a la temperatura absoluta.

Calor radiante frente a calor por convección: diferencias

Mientras que los radiadores tradicionales, también llamados convectores, entregan una parte de la energía calorífica transportada por el agua al aire del entorno para aumentar la temperatura, los zócalos radiantes de Energy-com utilizan calor radiante. Calientan las superficies de las paredes y los objetos de la estancia, desde donde el calor se transmite como radiación de calor hacia toda la estancia y se distribuye de manera homogénea. Así, los procedimientos de calefacción por convección y radiación abarcan dos procesos físicos completamente diferentes. El calor por convección funciona según el principio de la termodinámica, mientras que el calor radiante lo hace por el principio de la mecánica cuántica.

Los sistemas de calefacción radiante ofrecen muchas ventajas

Nuestros listones de calefacción funcionan como otros sistemas de calefacción radiante y pueden compararse con el calor radiante de la incidencia del sol, por la que se calientan los objetos sobre los que inciden los rayos del sol. La batería calefacción de nuestros zócalos radiantes se calienta, según el modelo, con electricidad o con circulación de agua, y generan un clima interior más confortable que con el calor por convección. El calor radiante generado por el zócalo radiante no provoca circulación de aire y genera un aire menos seco. No se forma agua condensada, lo que minimiza el riesgo de la formación de moho y las paredes no pueden enfriarse. Para personas alérgicas y asmáticas, un sistema de calefacción basado en el principio del calor radiante es la mejor opción.

El calor radiante ayuda a ahorrar energía

Al contrario de lo que ocurre con la calefacción por convección, la calefacción radiante también tiene la ventaja de que garantiza una distribución de calor homogénea y no deja ninguna zona más fría, como sí ocurre con los radiadores tradicionales. Con el uso de un sistema eficiente de calefacción radiante puede ahorrarse energía de muchos modos. Ya que no se calienta el aire, sino las paredes y los objetos de la estancia, en la renovación de aire no es necesario un consumo de energía para calentar de nuevo el aire fresco. La calefacción por convección, por el contrario, debe calentar todo el aire de la estancia para poder alcanzar de nuevo la temperatura deseada. Aquí se moverá un porcentaje importante del aire que provoca un levantamiento de las partículas de polvo. La tasa de renovación de aire reducida provocada por el aire en calma del calor radiante garantiza además un ahorro de energía.